Chicas olímpicas

Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Marina Alabau, Ona Carbonell y Andrea Fuentes consiguen el triunfo del deporte español en los Juegos Olímpicos de Londres. La nadadora Mireia se ha convertido en la nueva heroína con dos medallas de plata. Maialen, por su parte, ha conseguido el bronce en piragüismo K1. Ona Carbonell y Andrea Fuentes vuelven a demostrar que la natación sincronizada nunca decepciona. Y además Marina Alabau consigue el primer oro para España en vela.

Mireia Belmonte. Fuente. orange.es

El éxito de estas mujeres es el resultado de un largo camino en la lucha del deporte femenino. Por eso a veces es necesario recordar el punto de partida para valorar aún más que el medallero español, en su mayor parte, lleve nombre de mujer.
Ignacio Sampedro estudia en su artículo Un largo camino hacia la paridad la trayectoria femenina en el deporte. Este autor relata cómo las espartanas tenían sus propios juegos olímpicos, aunque los tradicionales atenienses consideraban una ofensa la participación de las deportistas.
Luisa Chávez Leija, periodista deportiva en México hace un recorrido en su blog a través de la historia de las mujeres en el deporte. Llama la atención que en la instauración de los Juegos Olímpicos de la era moderna en 1894 no hubo participación femenina al considerar que no era bueno para su salud. En la siguiente edición en 1900 comenzaron a aparecer las primeras mujeres en deportes como el tenis o el golf, considerados más suaves.
Un hito en este camino fue la fundación por parte de Alice Melliat de la Federación Internacional Deportiva Femenina en 1921 y al año siguiente organizó los Juegos Mundiales Femeninos. Las mujeres españolas no llegaron a participar en unas olimpiadas hasta 1924, y el deporte también fue el tenis. A partir de aquí ha sido muy largo el camino hacia el reconocimiento del deporte femenino, con escasa participación en los Juegos hasta los años 90 cuando comienza a aumentar para llegar después a parámetros de igualdad.
Pero no sólo el camino en la participación ha sido difícil. En la actualidad existen numerosos aspectos que hacen las medallas de estas mujeres mucho más valiosas. En primer lugar las mujeres se incorporaron a un campo totalmente masculinizado. Dos expertas en deporte y género Nuria Puig Barata y Susana Soler Prat afirman que más que una simple incorporación a un mundo de hombres, las mujeres a lo largo de la historia han fabricado una cultura deportiva propia.
Estas autoras analizan tanto el deporte de ocio como el de alto nivel y se dan cuenta de que las estructuras patriarcales y los estereotipos de la sociedad se reproducen también en la práctica deportiva. El acceso de las mujeres al deporte de alto nivel lo califican como una lucha constante y señalan que en los deportes tradicionalmente masculinos la dificultad es mayor.
El análisis de estas dos investigadoras muestra que las mujeres consiguen, como está siendo el caso de la delegación española en Londres, mejores resultados que los hombres y sin embargo, el deporte femenino no llega a tener el éxito social que tiene el masculino. Señalan como causa del triunfo el mayor nivel de autoexigencia de las mujeres, algo que ocurre también en otros campos. Los estereotipos y los tópicos de inferioridad son los culpables de que a las mujeres en muchos sectores se les requiera un mayor esfuerzo.
Un artículo de la Universidad de Sevilla realizado por Beatriz Gallego Noche y Araceli Estebaranz García estudia la igualdad y la discriminación en el deporte. Aseguran que el deporte femenino apenas tiene espacio en los medios de comunicación y cuenta con escasa consideración social traducido en ayudas económicas y apoyo del público.
Pero no todo es discriminación, estas autoras reconocen como positivo la alta autovaloración de las mujeres y el conocimiento de sus límites y posibilidades. También la igualdad en el acceso de las instalaciones deportivas y las cada vez más iniciativas institucionales.
Es en el deporte donde muchas de las lacras de la desigualdad se muestran de una forma más exagerada. En primer lugar la brecha salarial, es evidente la diferencia en la remuneración económica entre mujeres y hombres. También la invisibilidad del trabajo de las mujeres, el deporte femenino apenas tiene cabida en los medios de comunicación. El equipo de investigación liderado por Pedro Ángel Lorrete Román, doctor en Educación Física achaca a estos últimos la responsabilidad en la falta de paridad en el deporte. Para este artículo el fútbol masculino es el deporte que mayor atención requiere con claros intereses comerciales. En los informativos por ejemplo todavía hoy el fútbol ocupa un gran espacio en comparación con los deportes realizados por mujeres o de interés femenino cuya atención es prácticamente nula.
La conquista de los juegos por parte de las mujeres deportistas españolas y la falta de atención durante el resto del tiempo demuestra que el esfuerzo femenino no es correspondido con justicia social. Es decir, la falta de representación y de valoración muestra que aún queda mucho camino por andar. Sin embargo, los buenos resultados en estos juegos y el interés que ha suscitado abre una vía de esperanza para que los medios de comunicación, a los que todos los especialistas apuntan como grandes responsables y el público, en general coloquen a las mujeres deportistas en el lugar que les corresponde.Lo que sí que se puede afirmar es que Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Marina Alabau, Ona Carbonell y Andrea han escrito un nuevo capítulo en la historia.

Published in: on 8 agosto 2012 at 17:43  Deja un comentario  
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